¿ Quién no se ha enamorado de Formentera ? Y si además descansas en Can Tres, entonces ya no hay vuelta atrás. Paz, confort e intimidad. Sábanas blancas, olivos, y al caer la noche, cielo infinito.
¿ Quién no se ha enamorado de Formentera ? Y si además descansas en Can Tres, entonces ya no hay vuelta atrás. Paz, confort e intimidad. Sábanas blancas, olivos, y al caer la noche, cielo infinito.